Tenemos una boda y la primera idea que se nos viene a la cabeza es un vestido largo. Pero ¡cuidado! No siempre son la mejor opción de estilismo y recurrir a este tipo de prendas conlleva cumplir unos requisitos si queremos unos resultados sorprendentes.
¡Asegúrate de que cumples con los requisitos y entérate de las normas para lucirlos adecuadamente!
Cuestión de altura
Los vestidos altos no son recomendados para chicas bajitas, lo único que consiguen es empequeñecer más. Para las de estatura baja, la mejor opción es apostar por un vestido más desnivelado que deje al descubierto los tobillos.
Si tienes algunos kilitos de más… opta por los vestidos lisos. Olvídate de los estampados si no quieres parecer una cortina.
Si tienes barriga…
Si tu punto flaco es la barriga, mejor apuesta por un vestido estilo hedonista. No te enfundes en uno muy ajustado si no quieres ir embutida y marcando las mollejas.
El largo es importante
Los vestidos largos no deben ir arrastrando. Encontrar la medida perfecta es complicado. Tienes que conseguir que ni vayas barriendo el suelo ni te quede corto. La medida justa es aquella con la que se ven un poco los pies pero si llegar a desnudar los tobillos.
Según el pecho
Si estás bien dotada con unos buenos senos y quieres disimularlos, opta por una torerita o si para las ocasiones más informales… complementa el vestido de aires hippies con un chaleco o pañuelos.
Es muy importante escoger bien el tejido según la ocasión. El lino y los tejidos más finos son ideales para las tardes-noche de verano en una terracita, mientras que los que son de organza, de seda… están reservados para las ocasiones especiales. Pero es indiscutible, asegurarse de que llevan forro, para dar más consistencia al vestido y evitar transparencias no autorizadas.
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